Agustín Labrada Aguilera

URDIMBRE

A Rolando Rojas Aguilera


Entre ladridos

que bordean la ciudad,

mi primo entrega

el pan y la palabra

como un extraño porvenir.

Sus oraciones

dan luz a ese barranco

que la familia

eligió por morada

y surcan huracanes.

De pan en pan,

tensa cada ladrillo,

su propia nao

(en la reseca urdimbre)

varada junto al cerro.

Sube mi primo

rasgando los azares

-entre saetas-

por una arboladura

que aferra la desidia.

Es su dolor

fibra de nuestra herencia;

sus devociones:

texturas donde narra

la impiedad que amanece.


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